Goku y Chichi  llegaron por fin a la casa de Kame Sen'nin para conseguir el Bashō Sen (abanico mágico). Mutenroshi les explicó que si se abanica una vez con él se producía un fuerte viento, si se abanica dos veces aparecían nubarrones y, si son tres veces, caía un chaparrón. Tras buscarlo en la casa, Urigame le comunica al anciano que un día este puso el Abanico debajo de una olla para no quemar el mantel, haciéndole recordar también que un día se derramó la olla, se ensució el mantel y tiró el abanico, por lo que ya no lo tenía.Sin embargo, decidió acompañar a Goku y Chichi a la Montaña para apagar el fuego personalmente con la condición de que Bulma le dejara que le tocara los pechos (Goku accedió). Una vez allí, comenzó a reforzar su musculatura crecientemente ante los atónitos ojos de los presentes (Goku, Bulma, Oolong, Chichi, Gyūmaō y, también, Yamcha  y Puar, que los espiaban para robarles las Esferas del Dragón a Goku y sus amigos cuando no se lo esperaran) e hizo, tras una serie de gestos con sus manos, el Kame Hame Ha. Así salio desde sus manos una enorme bola de energía que logró dominar para que llegara a la montaña, logrando así apagar el fuego, pero también destruyó la montaña y el castillo. Por suerte, la Esfera del Dragón de la montaña no sufre daños y Bulma la encuentra con ayuda del radar. Mientras tanto, Goku intenta copiar la técnica del anciano maestro y lo logra al primer intento (si bien, aún su Kame Kame Ha no era tan grande como el de Muten Roshi), destrozando el coche que les había regalado Yamcha. Ox-Satán les presta un nuevo coche. Cuando estaban por despedirse, Roshi se acuerda de la promesa y Bulma, para cumplir tal promesa, le pidió a Oolong a que se transformara en ella y le enseñara los pechos al anciano. Él lo aceptó a regañadientes, pero para vengarse, hizo mas de la cuenta. Tras esto, los personajes siguieron su camino.